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ÍNDICE
3. Boda con María de Portugal (1543)
4. El felicísimo viaje (1548-51)
5. Boda con María Tudor (25 julio 1554)
6. Boda con Isabel de Valois (2 febrero 1560)
9. Boda de su hija Catalina Micaela (10 marzo 1585)
10. Muerte (13 septiembre 1598)
1. Nacimiento y bautismo
«Sucedió el parto martes a 21 de mayo, a las cuatro de la tarde, año de 1527. Ya que el príncipe fue nacido y puesto en paños, tomólo el Emperador su padre en brazos y díjole estas palabras: "Plega a Dios Nuestro Señor te quiera alumbrar para que sepas gobernar los reinos que has de heredar". Y, aunque llovía harto, luego a la hora se fue el Emperador al monasterio de San Pablo, a pie, donde se cantó solemne Te Deum. Y repicaron todas las campanas de la ciudad y fue grande el placer por todo el reino y el Emperador mandó a todos no se gastase en hacer alegrías. Con todo, fueron grandes las alegrías que se hicieron.»
Mille regretz, de Josquin Desprez, fue conocida como "la canción del Emperador". Sonará aquí transformada en danza.
«Llegado el día del bautismo, que fue miércoles a cinco días del mes de junio, se bautizó el príncipe don Felipe en el monasterio de san Pablo. Y se hizo un pasadizo muy enramado y con muchas flores. Había muchos arcos triunfales y el primero en la puerta de la casa y encima de él estaban los cantores, que eran flamencos, y cuatro de ellos en hábito de ángeles, que cantaron cuando sacaron al príncipe Gloria in excelsis Deo. De esta manera iban y llevaban al príncipe, sonando todos los instrumentos y cantando aquellos ángeles que estaban en los tablados altos.»
Fray Juan de Osnaya. Relación de la guerra del Almirante de Francia contra el Emperador (1544)
Nicolás Gombert fue maestro de los mozos cantorcicos de la capilla del Emperador y compuso Dicite in magni como homenaje al príncipe recién nacido.
Dicite in magni
Nicolás Gombert (c. 1495-c. 1650)
Dicite in, magni, dum spes altera mundi.
Venisti in luce, Caesaris alme puer.
Aurea sideribus peperit regina secundis
estque puerperio facta beata suo.
Laeta dies terris, laeta utrique parenti,
laetaque sunt orta sidera cuncta pia.
Discedit saevium mundo, discedit egestas
et revocat melior saecula prisca nitor.
Numina in puero e caelo dilabimur alto.
Pandimus in cunis gaudia nostra tuis.
Dioses poderosos, hablad mientras hay una nueva esperanza para el mundo.
Has llegado a la luz, prometedor hijo del César. La áurea
reina ha parido con astros favorables y su parto la ha hecho feliz. El
día se ha levantado alegre para la tierra y para los padres y alegres
han salido todas las piadosas estrellas. La crueldad y la pobreza se han
ido del mundo y el mejor brillo restaura los viejos siglos. Los dioses
descendemos del alto cielo sobre este niño. En tu cuna depositamos
nuestras felicidades.
2. Infancia y juventud
«La voluntad del César fue que vuestra Alteza se criase e sirviese de la manera que se tuvo con el Príncipe, su tío... Era el príncipe don Juan, mi señor, naturalmente inclinado a la música e entendíala muy bien, aunque su voz no era tal como él era porfiado en cantar. Tenía músicos de tamborinos y dulzainas y arpa y un rabelico muy precioso. Tenía el Príncipe muy gentiles ministriles altos de sacabuches y chirimías y cornetas y trompetas bastardas y cinco o seis pares de atabales y los unos y los otros muy hábiles en sus oficios, como convenía al servicio y casa de tan alto Príncipe.»
Gonzalo Fernández de Oviedo. Libro de la Cámara Real del Príncipe don Juan (1547)
El que rige y el regido
Juan del Encina (1468-1529)
El que rige y el regido
sin saber
mal regidos pueden ser.
Mal rige quien no es prudente,
porque todo va al revés,
y el perfecto regir es
saber mandar sabiamente;
que el regido y el rigente
sin saber mal regidos pueden ser.
Donde falta discreción
no hay ninguna cosa buena;
lo que siscreción ordena
aquello da perfección;
mas los que regidos son
sin saber
mal regidos pueden ser.
El saber que Dios nos da,
aquel saber es perfeto,
y aquél se llame discreto
que de tal saber sabrá;
y lo que regido va
sin saber
mal regido puede ser.
«Escucha el canto de las aves y en especial del ruiseñor. Oye cómo sobre la rama de un sauce (según dice Plinio) hace una armonía y tono de música perfecta. Repara con atención y notarás la variedad de todos los sonidos. Unas veces no se interrumpe, sino que canta con aliento continuo durante un largo espacio; otras veces hace inflexiones o emite notas más breves; otras retuerce la voz, como si la encrespara; ora la extiende, ora la retira; unas veces canta versos largos, como heroicos, otras breves como sáficos, otras muy breves como adónicos.»
Juan Luis Vives. Diálogos [dedicados al Príncipe Felipe] (1539)
Gru, gru, gru, gru
Pedro de Pastrana (c. 1475-c. 1555)
Gru, gru, gru, gru.
- ¡Ah, Guillardo, qu'es nuestr'amo!
- Escucha, mira las grullas
que pacen en nuestro prado.
Oxe, oxe, oxe, oxe.
- Hija, no las espantes.
- Ya os espero.
- Pues tira por ese otero.
Ponte tras aquel tocón.
- ¡Oh, qué levantadas son!
Le chant des oyseaux
Clement Janequin (c.1485-1558)
Le chant des oyseaux
Reveillez vous, cueurs endormis,
le dieu d'amours vous sonne.
A ce premier jour de may
oyseaulx feront merveilles
pour vous mettre hors d'esmay.
Destoupez vos oreilles
et farirariron, ferely ioly.
Vous serez tous en ioyemis
car la saison est bonne.
Vous orrez, à mon advis,
une doulce musique
que fera le roy mauvis
d'une voix autentique:
Ti ti ti ti ti ti pyti, etc.
Le petit mignon. Sancte teste Dieu!
Il est temps d'aller boire.
Rire et gaudir, c'est mon devis.
Chascun s'i habandonne.
Rossignol du boys joly,
à qui la voix resonne,
pour vous mettre hors d'ennuy
vostre gorge iargonne:
Frian, frian, frian, etc.
Fuyez, regretz, pleurs et souci
car la saison l'ordonne.
Arriere, maistre coucou,
sortez de no' chapitre,
chacun vous donne au hibou,
car vous n'estes qu'un traistre.
Coucou, coucou, coucou, etc.
Par traison, en chacun nid
pondez sans qu'on vous sonne.
Reveillez vous, cueurs endormis,
le dieu d'amous vous sonne.
Despertad, corazones adormecidos, el dios de amor os llama. En este primer
día de mayo los pájaros harán maravillas para sacaros
del aburrimiento. Destapad vuestras orejas y os pondréis alegres,
pues la estación es buena. Escucharéis, según creo,
una dulce música que hará el rey jilguero con una voz auténtica.
¡Qué bonito es! por los clavos de Cristo. Es tiempo de ir
a beber. Mi divisa es reír y gozar; que cada cual se dedique a ello.
El ruiseñor del bosque, que tiene la voz resonante, para sacaros
del enfado, os invita a cantar. Pesares, lloros y preocupaciones, huid
de aquí, pues la estación lo ordena. Atrás, señor
cuclillo, salid de nuestro grupo, pues no sois más que un traidor.
Para evitar la traición, poned cada uno en vuestro nido sin que
se os oiga. Despertad, corazones adormecidos, el dios de amor os llama.
3. Boda con María de Portugal (1543)
«Paró la Princesa en Aldea Tejada, una legua de Salamanca, lunes doce de noviembre. Delante venían el duque y los obispos y caballeros con la música de menestriles. Venían también en la comitiva Juan de Resa, músico de su Alteza, muy honesto clérigo sin aparato ni librea más de la que se usa en la corte, y Antonio de Cabezón, organista, que le siguió en esto y en el cantar y no en la gana de hacerlo, porque ésta pocas veces la tuvo buena en todo el camino. Al pasar de un arroyo que llaman Zurgén, estaban muchas mozas que eran más de cien aldeanas con sarteles y bronchas de plata bailando con muchas gaitas.»
Guárdame las vacas
Luis de Narváez (c. 1500-c. 1550) -
Diego Ortiz (c. 1525-c. 1570) -
Antonio de Cabezón(1510-1566)
- Guárdame las vacas,
Carillejo, y besart'he.
- Bésame tú a mí
y yo te las guardaré.
«Tornáronse a subir en el estrado, donde los desposó el cardenal de Toledo y luego los ministriles altos comenzaron a tocar y se comenzó el sarao. Danzaron una gallarda y la pavana. Acabados todos de danzar, danzó el Príncipe y la Princesa, baja y alta, sin turbarse y con esto acabó el sarao.»
Juan de Zúñiga. Relación de la boda de Felipe II (1543)
Con sospiros muy crecidos
y tristeza muy estraña,
dando gritos y gemidos
lloren todos los nacidos
el mal que es venido a España.
Lloren, pues es de llorar,
desastre que tanto pesa,
sin dexar de sospirar,
pues a esto da lugar
la muerte de tal Princesa.
Antonio de Valcárcel, menestril. La triste y dolorosa muerte de la princesa nuestra señora, agora nuevamente trobada (1545)
Regia qui mesto
Alonso Mudarra (c. 1508-1580)
Regia qui mesto spectas cenotaphia vultu,
quid stas? quin largo perluis imbre genas?
Occidit, occideret princeps, sed qualem nulla
dederunt tempora, sed qualem tempora ulla dabunt.
Corripit accipiter meliorem examine proedam.
Mors, o crudelis, o rimaque qui rapis Philipum.
Philipus in terris mihi sponsus in aethere Christus,
si fors plus posset plura datura fuit.
Nil mihi vobiscum, iam mors et vita. Valete
nam vivo felix non moritura deo.
Haec mihi sit vita, haec requies aeterna laborum.
Cetera nam semper sors violenta rapit.
Tú que miras con rostro triste este túmulo real, ¿qué
haces ahí parado? ¿Por qué no riegas tus mejillas
con larga lluvia? Murió ella, y habría muerto el príncipe,
pero a unos se les acaba el tiempo mientras a otros aún les queda.
El águila arrebató la mejor presa del rebaño. ¡Oh!,
cruel muerte. ¡Oh!, sima que atrapas a Felipe. Felipe fue en la tierra
mi esposo y Cristo en el cielo. Si acaso hubiese podido, más le
habría entregado. Nada tengo ya con vosotros, sólo la muerte
y la vida. Quedaos en paz, porque vivo feliz y no moriré para Dios.
Ésta será mi vida y el descanso eterno de mis trabajos. Pues
la suerte violenta arrebata siempre lo demás.
4. El felicísimo viaje (1548-1551)
«Celebróse misa de pontifical. Oficiáronla
los cantores y capilla del Príncipe con gran admiración de
todo el pueblo de ver la solemnidad con que se hacía y con tan divina
música y de tan escogidas voces, y de oír la gran suavidad
y estrañeza con que tocaba el órgano el único en este
género de música, Antonio de Cabezón, otro Orfeo de
nuestro tiempo...
Llegaron dos caballeros con dos doncellas que les traían las lanzas
y Luisillo, que venía tañendo y cantando "A las armas,
moriscote"...
Venía un mozo en figura de oso asentado sobre un carro tañendo
unos órganos, en que estaban metidos gatos vivos y hacían
con sus aullidos altos y bajos una música bien entonada, que era
cosa nueva y mucho de ver. Vino luego una graciosa danza de monos, osos,
lobos, ciervos y otros animales salvajes, danzando delante y detrás
de una gran jaula, que en un carro tiraba un cuartago...»
A las armas, moriscote
Francisco Bernal (s. XVI)
A las armas, moriscote,
si las has de voluntad:
los Franceses son entrados,
los que en romería van.
Entran por Fuenterrabía,
salen por San Sebastián.
Con pavor recordó el moro;
bien oiréis lo que dirá:
- Mis arreos son las armas,
mi descanso, el pelear,
mi cama, la dura peña,
mi dormir, siempre velar.
5. Boda con María Tudor (1554)
«Estaba la música dividida en partes de la gran sala tocando muchas veces nuevas cosas. Alzadas las mesas, como la música estuviese dentro tocando de rato en rato, se ordenó el sarao, donde danzaron todas las damas con los grandes caballeros españoles y ingleses muy maravillosamente, aunque al modo español no tan bien como al suyo, que todo es andar de portante y al trote. Y como ya hubiesen danzado todos, salieron los Reyes y danzaron sendas alemanas muy graciosamente, donde las damas holgaron muy mucho de ver danzar a Su Majestad. Duró el sarao casi tres horas, el cual fue hermosa cosa de ver.»
Andrés Muñoz. Viaje de Felipe II a Inglaterra (1554)
«Hay una letanía compuesta por Antonio Cabezón en fabordón 'pro reina gravida', que se cantó en Inglaterra haciendo procesión cada día, después que se entendió que la Reina entraba en el mes, por los corredores de Palacio.»
Anónimo. Lo que hacía la Capilla Real en los partos de la Reina (1601)
Sancta Maria, ora pro nobis
Antonio de Cabezón (1510-1566)
Sancta Maria, ora pro nobis.
Sancta Dei Genitrix, ora pro nobis.
Mater Christi, ora pro nobis.
Turris Davidica, ora pro nobis.
Regina pacis, ora pro nobis.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa madre de Dios, ruega por nosotros.
Madre de Cristo, ruega por nosotros.
Torre de David, ruega por nosotros.
Reina de la paz, ruega por nosotros.
6. Boda con Isabel de Valois (1560)
«Si deseas casarte, debes darte cuenta de que una dama se consigue mediante el buen carácter y la gracia que se exhiben durante el baile. Y aún hay más, puesto que el baile se practica para revelar si los amantes están en buena salud y sanos de miembros, después de lo cual se les permite besarse con objeto de que puedan tocarse y saborearse uno a otro o si, por el contrario, despiden un olor desagradable, como de carne echada a perder. Por tanto, aparte de otras ventajas, la danza es esencial en una sociedad bien ordenada.»
Thoinot Arbeau. Orchesographie (1589)
«Antonio de Obregón y Cerceda, Capellán de la Magestad Real el Prudentísimo señor Don Phelipe Segundo, Rey de las Españas, en el libro que se intitula Discursos sobre la Filosofía moral de Aristóteles, dice que el arte del danzado muestra a traer bien el cuerpo, serenidad en el rostro, graciosos movimientos, fuerza en las piernas y ligereza. Y cuenta el compás, aire y gracia con que su Magestad obraba los movimientos del danzado y cuán aficionado era a todos los que danzaban bien.»
Juan de Esquivel Navarro. Discursos sobre el Arte del Danzado (1642)
Belle qui tiens ma vie
Thoinot Arbeau (1520-1595)
Belle qui tiens ma vie
captive dans tes yeulx,
qui m'as l'aime ravie
d'un soubriz gracieux,
viens tot me secourir
ou me fauldra mourir.
Pourquoy fuis tu, mignarde,
si ie suis près de toy?
Quand tes yeulx ie regarde
ie me perds dedans moy,
car tes perfections
changent mes actions.
Approche, donc, ma belle,
approche toy, mon bien,
ne me sois plus rebelle
puis que mon coeur est tien:
pour mon mal appaiser
donne moy un baiser.
Hermosa que tienes mi vida cautiva en tus ojos, que me has prendido el
alma con tu sonrisa graciosa, ven pronto a socorrerme o necesariamente
moriré. ¿Por qué huyes, bonita, si estoy cerca de
ti? Cuando miro tus ojos me pierdo en mi interior, pues tus perfecciones
cambian mis acciones. Acércate, pues, hermosa mía, acércate,
mi bien, no me seas arisca, puesto que mi corazón es tuyo: para
calmar mi mal, dame un beso.
Madama le demanda
Antonio de Cabezón (1510-1566)
Madama le demanda:
- Amor, cuándo vendréis.
- Si no vengo por Pascua,
por san Juan me hallaréis.
7. Batalla de Lepanto (1571)
«Estando el Rey en el coro oyendo las vísperas, entró un caballero de su cámara, alborozado. En el semblante y meneo se le conoció luego que había alguna cosa grande. Dijo a Su Majestad con voz alta: "Señor, aquí está el correo de don Juan de Austria, que trae la nueva de una gran victoria". No hizo el magnánimo Príncipe mudanza ni sentimiento, gran privilegio de la Casa de Austria, entre otros, no perder por ningún suceso la serenidad del rostro ni la gravedad del imperio. Acabadas las vísperas, llamó al Prior y mandó que cantasen Te Deum laudamus en hacimiento de gracias. A la mañana mandó se hiciese procesión solemne, y salió a ella con todos los caballeros, y a la tarde una vigilia, con misa de Requiem el día siguiente por los difuntos en la batalla.»
José de Sigüenza. La fundación del monasterio de El Escorial (1605)
Oíd, los que en la iglesia habéis
nacido
Joan Brudieu (1520-1591)
Oíd, los que en la iglesia habéis nacido
y os cobijáis debajo de su manto,
las buenas nuevas que nos han traído
de allá de la Morea y de Lepanto.
Tristor, dolor, pesar y aún gemido
destiérrense y también llorar y llanto,
y en su lugar sucedan a porfía
placer, contento y fiesta y alegría.
Pastor mayor, que con tu celo y maña
tan buena y sancta liga has concordada,
gozar te has con Felipe, rey de España,
de aquesta gran victoria y encumbrada,
y el príncipe don Juan, oh cosa extraña,
que fue, miró y venció tan fuerte armada.
A Dios eterno demos todos gloria.
In manu eius est pugne victoria.
8. Rey de Portugal (1580)
De la sangrienta batalla
que tuvo el rey Sebastiano
con los africanos moros,
rompido y descalabrado
se ha escapado un español
de los que Felipe ha enviado
al socorro y obediencia
del bando del lusitano.
Despedazadas las armas,
sin aliento y sin caballo,
en roja sangre teñido,
dijo, que lo oyó un soldado:
- No me pesa de mi muerte,
pues con una vida pago
la deuda que a Dios le debe
el católico cristiano,
mas ¿por qué ha de morir
un rey mancebo y lozano
y con él todos los suyos
por ser mal aconsejado?
Puestos están frente a frente
Anónimo
Puestos están frente a frente
los dos valerosos campos:
uno es del rey Maluco,
otro de Sebastiano,
el Lusitano.
Mozo animoso y valiente,
robusto, determinado,
aunque de poca experiencia
y no bien aconsejado,
el Lusitano.
Cuando los moros sin cuento
su hueste la van cercando,
que para uno de los suyos
son más dieciocho tantos,
el Lusitano.
Ardiendo en fuego su pecho,
rabia por poner las manos.
Piensa que todos son nada;
manda a pelea echar bando.
el Lusitano.
Brama que embista a los moros
y el ejército contrario.
Ya se van llegando cerca.
"A ellos", dice, "Santiago",
el Lusitano.
«Muy bien ha sido ver las danzas del Corpus Christi. Acá no hubo foliones, sino muchas danzas de mujeres y algunas que cantaban bien, aunque, como escribí, yo pude ver poco por ir al cabo de la procesión y ser tan larga... Magdalena dice que no puede acabar consigo de escribir en vísperas de toros y está tan regocijada por ellos como si hubiesen de ser buenos y creo serán ruines. Lo mejor creo que serán folías que dicen que han de andar por la plaza.»
Felipe II. Carta a sus hijas desde Lisboa (1582)
9. Boda de su hija Catalina Micaela (1585)
«Y muy bien hace vuestro hermano en aprender a danzar y decídselo así de mi parte... Magdalena hace estos días ventana en su aposento para ver bailar los negros y yo digo que, aunque se le levantan los pies cuando oye algún son, se cansa ya tanto que no puede bailar.»
Felipe II. Carta a sus hijas desde Lisboa (1582)
«En los saraos y festines donde la Infanta se hallare, se ha de guardar la forma y orden que por acá se acostumbra, no consintiéndose otros bailes ni danzas que sean indecentes y no dignas de aquel lugar y ni en estas fiestas ni en las otras salidas públicas que hubiere deben hablar con las damas sino los que estuvieren en lugar con ellas.»
Felipe II. Instrucción al barón Paulo Sfondrato, mayordomo mayor de la Infanta Catalina (1585)
10. Muerte (13 septiembre 1598)
Voto a Dios, que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla,
porque ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?
Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón y que es mancilla
que esto no dure un siglo ¡oh, gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y nobleza.
Apostaré que el ánima del muerto
por gozar de este sitio hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente.
Esto oyó un valentón y dijo: "Es cierto
cuanto dice voacé, señor soldado,
y el que dijere lo contrario, miente."
Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
Mortuus est Philippus Rex
Ambrosio Cotes (1550-1603)
Mortuus est Philippus Rex et fleverunt eum omnis populus planctu
magno, et lugebant dies multos et dixerunt: Quomodo cecidit potens qui
salvum faciebat populum suum.
Murió el rey Felipe y todo el pueblo lloró con gran llanto
y guardaron luto muchos días y dijeron: Cómo cayó
el poderoso que guardaba a salvo a su pueblo.